El oso polar, llamado científicamente “Ursus Maritimus”, es un mamífero del Ártico y de otras zonas frías del planeta, que se caracteriza por su gran ferocidad a la hora de cazar.
Este animal carnívoro terrestre mide cerca de los tres metros y tiene dientes agudos muy largos con los cuales ataca a sus presas, convirtiéndose en uno de los depredadores más peligrosos del mundo.
Oso Polar. Edición de Atlas Animal. Original por Mint_Images. Envato
Datos del Oso Polar
Clasificación: | Vertebrado / Mamíferos |
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Reproducción: | Vivíparo |
Alimentación: | Carnívoro |
Hábitat: | Terrestre |
Orden: | Carnivora |
Familia: | Ursidae |
Género: | Ursus |
Longevidad: | 20 – 25 años |
Tamaño: | 1,3 – 2,4 m |
Peso: | 150 – 450 kg |
Estado de conservación
Distribución del Oso Polar
Características del oso polar
Este majestuoso animal pesa unos 700 kilogramos, y su cuerpo cubierto por grasa se encuentra protegido por una capa de piel aislante que le ayuda a soportar las bajas temperaturas del hábitat natural.
El color del pelaje a simple vista es blanco, sin embargo, cuenta con una capa gruesa de piel negra que, según los biólogos, sirve para recibir mayor radiación solar.
Es un animal terrestre de hocico alargado y extremidades cortas, aunque nada muy bien en el agua gracias a sus patas frontales (palmeadas). Tiene orejas pequeñas, al igual que su cola.
Posee 42 dientes que, como mencionamos antes, son agudos. Tiene desarrollado los sentidos del oído, la vista y olfato, con este último es capaz de detectar olores a una milla de distancia.
Alimentación
El oso polar, para conservar su cuerpo robusto y gozar de buena salud, debe consumir al menos dos kilos de grasa durante el día.
En este sentido, la foca es su alimento preferido, ya que contienen las calorías necesarias para subsistir en su hábitat natural.
Entre tanto, el cuadrúpedo captura al mamífero pinnípedo, cuando sale a la superficie a tomar oxígeno y se cubre en las capas de hielo para protegerse del frío extremo.
Calentamiento global: un factor que reduce las fuentes de alimentos
Sin embargo, las criaturas del Ártico se han visto afectadas tras el derretimiento de los glaciales a causa del calentamiento global, esto ha traído como consecuencia la reducción de sus fuentes de alimento.
Es por ello que este animal carnívoro terrestre come también renos, peces, roedores, ballenas muertas u otros tipos de criaturas.
Asimismo, los ejemplares machos adultos pueden recurrir al canibalismo, devorando a sus crías cuando no encuentran comida a su alrededor.
No obstante, aquellos que viven en países cerca del Ártico donde hay presencia de humanos, se han visto en la obligación de consumir basura.
Hábitat del oso polar
El oso polar hace vida en el Ártico, el cual se caracteriza por ser un tipo de ecosistema con temperaturas muy bajas y la presencia de capas gruesas de hielo en el agua.
La nieve forma parte del paisaje general del Ártico. Este ejemplar se desplaza mayormente en Canadá, Groenlandia, la Isla de Wrangel, Siberia y Estados Unidos (Alaska).
Sin embargo, como hemos recalcado durante el artículo, la contaminación ambiental ha acelerado el calentamiento global trayendo ocasionando la destrucción en parte de su hábitat.
Por otra parte, en los zoológicos hay ejemplares en cautiverio, y éstos son más delgados ya que su capa de grasa disminuye. Según los biólogos, este hecho se debe a que su cuerpo se adapta a la temperatura cálida.
Reproducción
El oso polar vive en solitario durante el año, pero esto cambia tras la llegada de la época de apareamiento, momento en el que suelen ser más sociables.
Estos animales terrestres alcanzan la madurez sexual al cumplir los cuatros años. Después de la cópula, las hembras tienen un período de gestación de ocho meses.
Ellas se encargan de cavar en el hielo y construir una especie de refugio para resguardar a sus crías. Luego, durante invierno dan a luz entre uno y dos recién nacidos (gemelos), quienes no tienen dientes y son ciegos. Los pequeños se alimentan de la leche materna.
Aproximadamente en un tiempo de 28 meses, permanecen estas criaturas con sus madres. En ese lapso aprenden como cazar y estar alertar ante cualquier peligro.
El oso polar: una especie sin depredadores
Es un animal carnívoro terrestre muy potente que no tiene depredadores, sino lo contrario, siendo él mayor cazador del Ártico.
Cabe destacar que el único ser hasta ahora que pone en peligro la vida del oso polar es el hombre, mediante la producción de combustibles y el uso de energías contaminantes que generan gases de efecto invernadero.
En 2017 circuló en las redes sociales un video de un ejemplar en la Isla de Baffin, situada en el Ártico canadiense, donde se observa a una de estas criaturas desnutrida.
En el material audiovisual se evidencia al individuo caminando en busca de comida sobre los desperdicios, bajo un estado crítico de salud.
Este hecho causó conmoción mundialmente, al ver como una especie tan hermosa va desapareciendo a causa del calentamiento global.
Hábitos del oso polar
El oso polar es un animal mamífero, debido a que al nacer se alimenta d elas mamas de la madre, luego de ello se vuelve un animal casi siempre solitario, pero son frecuentes las peleas entre machos para aparearse con las hembras y las peleas entre individuos de cualquier sexo para apoderarse de la comida.
Por lo general, las peleas se resuelven por horripilación; es decir, cuando un ejemplar disuade o intimida a otro haciendo notar su potencial fortaleza evidenciando su corpulencia, el ganador se lleva la comida.
Un dato curioso de este animal carnívoro es que es extremadamente limpio ya que después que se alimenta lava su cuerpo con agua y nieve.
Causas del peligro de extinción del oso polar
Mientras tanto, los expertos estiman que la especie de oso polar disminuirá hasta en un 30 % en los siguientes 40 años, si no se empieza a tomar conciencia sobre el peligro que presenta este ejemplar.
Caza indiscriminada
El esfuerzo por la conservación de este mamífero establece la restricción de la caza, ya que es una especie en peligro latente, los gobiernos se han involucrado cada vez más, no obstante, algunas de esas luchas han sido en vano pues, la matanza continúa. Se cree que las labores por tratar de frenar la caza no han sido muy estrictas o no se han cumplido de la mejor manera en cada lugar. Son muchas las personas que ven al oso polar como una especie de animal amenazante, pensamiento que los induce a matarlos antes de que puedan atacar, y cazarlos para mantenerlos en cautiverio y así poder controlarlos.
Pero, esta situación de ataque hay que analizarla muy bien, los osos polares sólo reaccionan cuando advierten un estado de peligro, generalmente no suelen perseguir a los seres humanos, y en caso que esto ocurriera, él intentará huir, aunque lo más probable es que concluya con la muerte del animal. Una excepción sería si tiene mucha hambre y para ese momento la fuente de comida no sería lo suficiente, allí si atacaría, pero culpa de ello es la mano del hombre, la destrucción del hábitat, cada vez está provocando más estragos en la naturaleza.
Contaminación
Uno de los graves problemas es la contaminación, este factor pone en jaque la subsistencia del oso polar, contaminación que hay el mundo cada vez es mayor. La contaminación del aire, del agua, bosques, entre otros, pone en peligro a cualquier especie silvestre. Es importante saber que el oso polar se encuentra expuesto a pesticidas, incluso la grasa que ingieren al comer las focas, ésta viene inmersa de toxinas dañinas para el organismo del animal, así entre otros factores que poco a poco están haciendo proclives la desaparición de la especie.
Todo esto deja como consecuencia, procesos de gestación débiles, abortos (disminuyendo aún más la población), ejemplares con poco peso al nacer, y un sistema inmunitario débil, lo que los hace más vulnerables en el medio ambiente. Este es uno de los peores escenarios que, sin lugar a dudas, provocará inminentemente la reducción de la especie en todo el mundo.
Conciencia
Otra de las grandes amenazas para el oso polar es el calentamiento global, entonces, para revertir esta situación, los seres humanos deben cambiar el modo de vivir, cuidar más del medio ambiente y evitar daños a la capa de ozono. Si bien los animales no tienen control sobre los cambios ni daños ambientales, el ser humano sí. Por lo tanto es responsable en tomar acciones positivas para el medio que le rodea.