El gecko, llamado científicamente “Gekkota”, es un reptil colorido que tiene la capacidad de trepar superficies lisas, pero además, puede perder y regenerar su cola cuando se siente amenazado. Por otra parte, resulta ser un excelente compañero del hogar, pues es una criatura tranquila que se alimenta básicamente de insectos.
Cabe destacar que para algunas personas el aspecto físico del gecko, puede ser desagradable, sin embargo, actualmente esta percepción ha cambiado y ahora son más quienes lo eligen como uno de los mejores animales domésticos.
Gecko. Edición de Atlas Animal. Original por Christine Sponchia. Pixabay.
Datos del Gecko
Clasificación: | Vertebrado / Reptiles |
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Reproducción: | Ovíparo |
Alimentación: | Carnívoro |
Hábitat: | Terrestre |
Orden: | Squamata |
Familia: | Gekkonidae |
Género: | Hemidactylus |
Longevidad: | 15 – 20 años |
Tamaño: | 18 – 30 cm |
Peso: | 50 – 100 g |
Estado de conservación
Distribución del Gecko
Características del Gecko
La gekkota suele ser de color gris y marrón, pero a su vez puede tener colores llamativos como por ejemplo, el verde, según la especie.
Asimismo, su piel está cubierta por escamas, las cuales normalmente son delgadas. De hecho, su tegumento se puede despedazar fácilmente si es atacado por depredadores.
El gecko posee una longitud que oscila entre los 10 y 20 centímetros y cuenta con un par de ojos muy grandes, los cuales se encuentran protegidos por una especie de “láminas transparentes”.
La parte de la cabeza es aplanada y no tiene cresta. Por otra parte, sus pies están dotados de almohadillas que contienen microvellosidades para adherirse en las superficies lisas.
Cabe destacar que no todas las especies de gekkota poseen este tipo de almohadillas, y en consecuencia podemos encontrar algunos miembros de esta clase de reptiles domésticos que en su lugar, cuentan con garras.
Hábitat del gecko: una especie de biomas cálidos
El hábitat de la gekkota se encuentra en biomas cálidos como selvas tropicales, desiertos y cualquier otra zona con este tipo de ambiente.
Son comunes en todas las áreas cálidas del mundo y viven en una amplia variedad de hábitats, desde selvas muy densas hasta áreas desérticas. Los geckos no pueden sobrevivir en regiones templadas como el norte de Europa, pero ciertas especies son muy comunes en el sur de Europa.
Hábitat del Gecko doméstico
Es por ello que en el terrario debemos colocar una temperatura adecuada para el ejemplar, con la ayuda de un termostato entre los 25 o incluso 32º grados.
El objetivo es que se sienta cómodo tras convertirse en un animal domesticado, pues necesita calor ya que es una criatura de sangre fría.
Por otra parte, se recomienda comprar un aparato para controlar la humedad, ya que este elemento es sumamente importante para adecuar su espacio.
Asimismo, el porcentaje de humedad recomendado es de aproximadamente un 40 y 65%, aunque esto puede modificarse si el ejemplar está mudando su piel.
Ambienta el terrario con plantas, rocas y ramas
El terrario del gecko debe verse lo más natural posible, en este contexto, se recomienda colocar plantas, rocas y ramas para que nuestro animalito se sienta como en casa.
Y es que al ser un animal de hábitos nocturnos, también necesitará un refugio donde resguardarse para descansar durante el día.
Hábitos alimenticios: un voraz cazador de insectos
A pesar de que la mayoría de especies de gecko, ocupan las casas de muchas personas sin previo aviso, casi siempre son bienvenidos debido a la dieta que llevan, es decir, una alimentación a base de insectos.
De hecho es muy común verlos merodeando cerca de alguna lámpara, esperando pacientemente hasta realizar un veloz movimiento y atrapar uno que otro invertebrado desprevenido.
Es por ello que las gekkotas que adoptamos como reptiles domésticos, deben nutrirse con esta clase de proteínas, o en otras palabras, pequeños grillos, moscas, arañas, mosquitos, cucarachas e incluso gusanos, escorpiones y ciempiés.
No obstante, es recomendable consultar a un especialista , puesto que algunas especies pueden consumir ocasionalmente, miel o frutas frescas para complementar su sana alimentación.
Un dato adicional y curioso, es que el gecko cambia de piel cada cierto tiempo, pero esporádicamente opta por ingerir la capa cutánea que se va desprendiendo de su cuerpo.
Carnívoros y caníbales
Si bien es cierto que el gecko es carnívoro, no tienen muchas preferencias a la hora de comer, por lo que pueden recurrir al canibalismo.
Dependiendo de la situación, uno de estos especímenes es capaz de devorar hasta sus propias crías, así como otros vertebrados de menor tamaño.
Reproducción ovípara y ovovivípara
Como cualquier otro reptil, la gekkota depende en mayor parte, de un proceso de reproducción ovíparo, sin embargo, algunas especies son ovovivíparas.
En el caso de las ovíparas, colocan entre 1 y 3 huevos en cada puesta, los cuales desovan con una cáscara blanda que luego endurece.
A diferencia de otros animales de su clase, estos reptiles desovan en ramas u hojas, en lugar de depositarlos en la tierra.
Generalmente llegan a la etapa de madurez sexual cuando cumplen entre seis meses y un año, con una esperanza de vida de tan solo unos 4 años en libertad y un poco más en cautiverio.
En cuanto a las ovovivíparas, atraviesan una gestación de aproximadamente 14 meses para que eclosionen los huevos dentro de las hembras, dando paso al parto.
Depredadores y principales amenazas de la gekkota
Pese a ser un buen cazador, la gekkota tiene muchos depredadores como las aves, serpientes, arañas más grandes que ellos y diversos mamíferos.
Y es que se trata de una criatura pequeña cuyo único método de defensa, es desprender su cola y escamas para escapar.
Por último, es importante resaltar que muchas veces estos animales mueren gracias a las personas que los ven como “invasores” en su hogar.